Estrenada el 20 de junio de 1975, Tiburón recaudó 476 millones de USD, instaurando la era del blockbuster con su estreno masivo, promocional y la inolvidable banda sonora de John Williams.
Hace medio siglo, Steven Spielberg estrenó Tiburón (1975), una adaptación de la exitosa novela de Peter Benchley que no solo desató el miedo irracional al mar, sino que cimentó el género del verano de los blockbusters y transformó para siempre la industria cinematográfica.
La historia que inspiró la película
La historia de la cinta de Tiburón se basa en un hecho en 1964. El escritor Peter Benchley quedó impactado por un reportaje sobre Frank Mundus, un pescador de Montauk, Nueva York, que capturó un gran tiburón blanco de más de dos toneladas.
Benchley llevó esa fascinación y sus vivencias de infancia pescando tiburones en Nantucket al papel, acompañado también por los ataques ocurridos cerca de Nueva Jersey en 1916.
Doubleday encargó la novela en 1971, y en febrero de 1974 fue publicada alcanzando el número uno de ventas durante 44 semanas, una explosión literaria que llamó rápidamente la atención de Hollywood.
Antes de su lanzamiento, los productores Richard D. Zanuck y David Brown adquirieron los derechos por aproximadamente 175 000 USD.
Steven Spielberg, entonces un joven director tras Duel y The Sugarland Express, leyó el manuscrito en un fin de semana y lo vio como el vehículo perfecto para trasladar su estilo de suspenso al agua.
El rodaje en Martha’s Vineyard, Massachusetts, en 1974 fue legendariamente caótico. Los tiburones mecánicos, bautizados como "Bruce", se averiaban sin cesar: se rompían, se hundían, lo que provocó un sobrecosto de más del doble y que el rodaje se alargara de 55 a 150 días, llevando el presupuesto original de 3,5 millones de USD a 9 millones.
En plena filmación, ocurrieron anécdotas memorables: el actor Robert Shaw, en su papel como el taciturno Quint, sufrió episodios de alcoholismo; mientras, Spielberg protagonizó un ataque de pánico en el aeropuerto de Boston al terminar el rodaje, reflejo del estrés vivenciado tras meses al margen del mar y presupuestos desorbitados.
Sin embargo, esas tensiones alumbraron un triunfo: estrenada el 20 de junio de 1975, Tiburón recaudó 476 millones de USD, instaurando la era del blockbuster con su estreno masivo, promocional y la inolvidable banda sonora de John Williams.
Consecuencias ambientales
El filme no solo horrorizó con sus tiburones mecánicos y escenas icónicas—como la famosa frase "You’re gonna need a bigger boat"—, sino que también sembró temor profundo hacia los tiburones reales, ocasionando consecuencias ambientales negativas.
Benchley y su esposa Wendy se transformaron con los años en defensores de los escualos, lamentando el impacto distorsionado de la obra en su percepción pública.
Hoy, al celebrar los 50 años de Tiburón, Steven Spielberg ha reconocido públicamente las consecuencias negativas que el filme tuvo sobre la percepción de los tiburones y la conservación marina.
Según TIME, Spielberg grabó una nueva introducción para la reedición veraniega del largometraje, en la que admite el daño causado e invita a reflexionar sobre el futuro de los océanos.
Durante una conferencia de la ONU sobre océanos en Niza, Francia, el activista marino Lewis Pugh analizó el efecto cultural de Tiburón y la necesidad de reconfigurar el relato sobre los tiburones.
En declaraciones a TIME, Pugh indicó que la película convirtió a estos animales en monstruos, cuando son fundamentales para la salud de los ecosistemas.
"Son como los leones de la sabana. Imaginen eliminar a todos los leones de África: pronto habría un colapso ecológico. Con los tiburones ocurre lo mismo", sostuvo.

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