Un diario que retrataba al personaje, escrito por Chespirito, mostraba la cruda vida que había sufrido y por qué el barril era tan importante.
Una de las series de comedia más queridas en Latinoamérica es El Chavo del 8, creada por el denominado "súper comediante" Chespirito (Roberto Gómez Bolaños).
La historia retrataba las peripecias de un niño pobre en el México de los años 70, que vive en una vecindad llena de entrañables personajes, como Don Ramón, Quico o La Chilindrina.
Durante sus tiempo de emisión, el programa dejó más de una duda entre los espectadores. Una de ellas era el por qué El Chavo se metía en un barril.

diario de El Chavo del 8 Instagram
Recordemos que El Chavo tenia un diario, el cual revela que de pequeño su mamá lo dejaba en la guardería y cuando ella regresaba de trabajar y pasaba por él, le preguntaban: ¿Quién es su hijo? y ella respondía: "no lo sé, me da igual, creo que aquel".
Según el diario, El Chavo sólo veía como se llevaba un niño diferente hasta que un día no regresó. Fue así que El Chavo fue enviado a un orfanato, donde la sra Martina, lo golpeaba.
Lo bueno del orfanato al parecer era su amigo Chente, pero siempre estaba enfermo, hasta que un día no pudo más y murió.
Así paso el tiempo, hasta que un día decidió escapar del orfanato, ya que nadie se fijaba en él para una adopción, pues según sus palabras, "era muy feo".

El Chavo Instagram
¿Por qué se metía en un barril?
Logró escaparse del orfanato y vagando por las calles, un día lluvioso, El Chavo llegó a la vecindad y en la vivienda #8, una abuelita ya muy temblorosa lo acogió y lo invitó a vivir con ella, pues le recordaba a un nieto.
"Un día iba yo por otra calle que no conocía, cuando empezó a llover mucho. Entonces me metí a una vecindad. Y desde entonces he vivido ahí", se lee en una parte del texto firmado por Bolaños y publicado en el año 1995.
"Primero me quedé en la vivienda número 8, en la cual vivía una señora muy viejita, la cual me dijo que yo le recordaba a un nieto que ella había tenido", se recuerda sobre los primeros días.
"A este viejita del 8 le temblaban muchísimo las manos, por lo cual no podría hacer muchas cosas. Por eso yo la ayudaba", explica.

El Chavo del 8 La Chilindrina
Acorde a la misma novela, poco después otra persona llegó a ocupar el lugar y El Chavo debió salir de ahí para siempre.
"Sin embargo, como ya tenía muchos amigos en la vecindad, un día me invitaban a quedarme a dormir en una casa y otro día en otra. Y así hasta la fecha", precisa.
"No es cierto eso de que yo vivo dentro de un barril, como han dicho algunos. Lo que pasa es que me meto al barril cuando no quiero que los demás se den cuenta de que estoy llorando. Y también cuando yo no tengo ganas de ver a los demás. O cuando tengo muchas cosas que pensar", concluye.