Dos milagros fueron reconocidos por el Vaticano que llevaron a la canonización del adolescente que falleció a sus 15 años.
Carlo Acutis, nacido el 3 de mayo de 1991 en Londres y fallecido el 12 de octubre de 2006 en Monza, Italia, fue canonizado el 7 de septiembre de 2025 por el Papa Leo XIV en la Plaza de San Pedro, convirtiéndose en el primer santo de la generación millennial.
Carlo Acutis, quien murió a los 15 años víctima de una leucemia promielocítica aguda, fue conocido por su profunda devoción a la Eucaristía y por su habilidad como programador y diseñador web.
Destacó al crear una página sobre milagros eucarísticos, acercando la fe a través del mundo digital.
Fue beatificado por el Papa Francisco en octubre de 2020, tras la confirmación de un milagro: la curación de un niño brasileño con una anomalía pancreática.
Posteriormente, en mayo de 2024, se reconoció un segundo milagro, allanando el camino para su canonización.
La ceremonia de su canonización se llevó a cabo junto a Pier Giorgio Frassati, otro joven laico venerado por su servicio a los pobres, también proclamado santo el mismo día.
Inicialmente prevista para abril de 2025, la canonización fue aplazada tras la muerte del Papa Francisco. Finalmente, el Papa Leo XIV anunció en junio la nueva fecha para el consistorio que lo confirmó: el 7 de septiembre.
Milagros
El primer milagro atribuido a Carlos Acutis ocurrió en 2013 en Campo Grande, Brasil, cuando un niño de siete años, afectado por un grave trastorno pancreático sin cura médica, recuperó la salud tras entrar en contacto con un trozo de camiseta que había pertenecido al joven.
La curación, considerada milagrosa por las autoridades eclesiásticas, fue la que permitió su beatificación
El segundo milagro reconocido por el Vaticano se produjo en mayo de este año e involucró a Valeria Valverde, una estudiante costarricense de 21 años.

Carlos Acutis familia Instagram
Según el Vaticano, la madre peregrinó hasta la tumba de Acutis en Asís para pedir por la recuperación de su hija, quien había sufrido un severo trauma cerebral tras caer de una bicicleta. Tras la visita, los informes médicos confirmaron la recuperación, un hecho considerado inexplicable por la ciencia y atribuido a la intercesión del beato.
Carlo fue sepultado en Assisi, según su deseo, en la iglesia de Santa María Mayor. En su tumba, expuesto tras una cubierta de vidrio en ropa casual —sudadera, jeans y zapatillas— es un símbolo de cercanía con los jóvenes y la vida cotidiana
Desde entonces, millones de fieles han visitado su tumba, y sus reliquias siguen siendo objeto de veneración mundial.