Mark David Chapman, el hombre que asesinó a John Lennon en 1980 frente al edificio Dakota en Nueva York, confesó recientemente el verdadero motivo que lo llevó a cometer uno de los crímenes más impactantes en la historia de la música.
Cuando el mundo aún llora la pérdida prematura de John Lennon, componente clave de The Beatles, activista de la paz y símbolo cultural de los años 60 y 70, la figura de quien le quitó la vida el 8 de diciembre de 1980 permanece detenida, reflexionando tras los barrotes del tiempo.
Mark David Chapman, el hombre que disparó cuatro veces contra Lennon en el vestíbulo de su edificio en el Upper West Side de Manhattan, ofreció recientemente una declaración clave: una confesión más clara de su verdadero motivo para cometer el crimen, que durante décadas ha sido objeto de especulación, análisis psicológico y documental.
¿Quién era John Lennon?
John Lennon, nacido en 1940 en Liverpool, fue cofundador de The Beatles junto a Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr. La banda revolucionó la música popular, la cultura juvenil y la forma de entender la fama en el mundo moderno.
Lennon, tras la disolución de la banda, se dedicó a la música en solitario, cultivó una imagen pública cargada de activismo (en temas como la paz, los derechos humanos y la libertad) y alcanzó un estatus de icono global. Su asesinato sacudió el mundo y dejó una herida imborrable en la historia de la música.
El asesinato y su desarrollo
En la noche del 8 de diciembre de 1980, John Lennon y su esposa Yoko Ono regresaban a su residencia, conocida como "The Dakota", en Manhattan.
Poco antes, Lennon ya había accedido a firmar un autógrafo a Chapman en su último álbum Double Fantasy. Tras la firma, Chapman esperó y disparó prontamente contra la espalda del artista: cuatro de los cinco disparos impactaron, y Lennon fue declarado muerto poco después en el Roosevelt Concert Hospital.
Chapman permaneció en la escena, leyendo un ejemplar de la novela The Catcher in the Rye de J. D. Salinger, hasta que fue arrestado por la policía.

Mark David Chapman Redes sociales
La versión oficial registra que Chapman fue sentenciado por homicidio en segundo grado a una pena de 20 años a cadena perpetua y ha sido sometido a múltiples audiencias de libertad condicional desde 2000, sin éxito.
Durante su más reciente audiencia de libertad condicional, Chapman, de 70 años, reconoció ante la junta de revisión que su crimen tuvo un motivo egoísta y deliberado: "This was for me and me alone, unfortunately, and it had everything to do with his popularity" ("Esto fue para mí, y solo para mí, lamentablemente, y tuvo todo que ver con su popularidad").
Es decir, Mark David Chapman reconoció que mató a John Lennon por motivos completamente egoístas y por la fama que el artista tenía.
En la transcripción del tribunal, Chapman detalló que su acción no fue resultado meramente de un impulso psicológico descontrolado, sino de una decisión planeada motivada por la envidia, la ambición de notoriedad y el deseo de dejar huella.
Estas confesiones han sido recogidas por medios internacionales, con especial atención al hecho de que el asesino de Lennon admitió que la popularidad global del artista era el detonante de su decisión homicida.
Un camino de obsesión, planificación y otros objetivos
El crimen no fue impulsivo. Chapman dedicó meses a planearlo: adquirió el arma en Georgia, abandonó su empleo en Hawái, viajó a Nueva York y esperó a Lennon.
Además, confesó que tenía otros nombres sobre su "lista de objetivos": celebridades como David Bowie, Johnny Carson o Elizabeth Taylor fueron mencionados como alternativas si su plan con Lennon fallaba.
Psicológicamente, Chapman también se vinculó obsesivamente con la figura de Holden Caulfield, protagonista de la novela "The Catcher in the Rye", cuyo rechazo profundo al "phony" o "falso" resonó con su visión errática de Lennon como figura hipócrita.
El caso de Chapman pone en evidencia el lado oscuro de la adoración hacia los ídolos, la envidia, la alienación personal y cómo el deseo de notoriedad puede devenir en violencia.
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