Tanto el baño frío como el caliente ofrecen ventajas comprobadas; la clave está en elegir el adecuado.
En los últimos años, la discusión sobre si es mejor tomar un baño frío o caliente ha cobrado relevancia no solo en el ámbito deportivo, sino también en el bienestar general. Diversas investigaciones científicas han analizado los efectos que cada temperatura tiene en el cuerpo y la mente.
Lo anterior ha revelado que ambas opciones ofrecen beneficios únicos según el objetivo que se persiga. El baño frío se asocia principalmente con la recuperación muscular.
Al sumergirse en agua fría, los vasos sanguíneos se contraen y disminuye momentáneamente el flujo de sangre, lo que ayuda a reducir inflamaciones y dolores posteriores al ejercicio intenso. Este mecanismo convierte al baño frío en un aliado de atletas y personas que realizan entrenamientos de alta exigencia.
Además, se ha demostrado que la exposición a bajas temperaturas incrementa la producción de norepinefrina, un neurotransmisor que estimula la alerta y mejora el estado de ánimo. Algunas personas incluso reportan una sensación de claridad mental y reducción del estrés tras someterse a duchas frías.
¿Que tipo de baño prefieres tú?
Por otro lado, el baño caliente ofrece beneficios distintos, pero igual de importantes. El agua a mayor temperatura produce vasodilatación, lo que mejora la circulación sanguínea y facilita la llegada de nutrientes a los tejidos.
Este efecto no solo contribuye a la recuperación muscular en etapas posteriores al ejercicio, sino que también ayuda a aliviar dolores crónicos y contracturas. Asimismo, los baños calientes favorecen la relajación al estimular la liberación de endorfinas y disminuir los niveles de cortisol, hormona relacionada con el estrés.
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De esta manera, darse un baño caliente por la noche puede mejorar la calidad del sueño y reducir la tensión acumulada durante la jornada. Los especialistas coinciden en que no existe una única respuesta sobre cuál es mejor. La elección depende de las necesidades de cada persona y del momento en que se utilicen.
Tras un entrenamiento intenso o en situaciones de inflamación aguda, el baño frío es más recomendable.