¿Te ha pasado que tus camisetas se vuelven amarillentas o tus toallas pierden brillo? Tranquilo, mantener la ropa blanca no tiene que ser una misión imposible.
La ropa blanca es sinónimo de limpieza y frescura, pero también una de las más difíciles de mantener en perfecto estado.
¿Te ha pasado que tus camisetas se vuelven amarillentas o tus toallas pierden brillo? Tranquilo, mantener la ropa blanca no tiene que ser una misión imposible.
El primer paso es elegir el producto adecuado. No todos los detergentes son iguales.

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A continuación te detallo algunos consejos muy útiles:
- Antes de lavar, revisa cada prenda y pretrata las manchas con una mezcla de agua y detergente. Déjala actuar unos minutos y luego lava normalmente.
- Separa siempre la ropa blanca de la de color. Un descuido puede teñir toda tu carga. No sobrecargues la lavadora: deja espacio para que el detergente circule libremente y limpie. Si lavas a mano, remoja 15 minutos con agua tibia y un poco de detergente doble poder, ideal para cuellos y puños difíciles.
- Evita secar al sol directo; la radiación puede amarillear las telas. Prefiere secado a la sombra o en interiores ventilados.
Tómalo en cuenta
Un truco extra: si deseas un toque extra de frescura, guarda tu ropa con bolsitas de algodón perfumadas o ramitas de lavanda seca.
Cuidar las prendas también implica prestar atención a como lo tratamos en casa, en este sentido los expertos recomiendan elegir productos adecuados para ello. En verano, más es menos, conviene usar suavizantes con fórmulas inteligentes, pero ligeras, que ofrezcan resultados sin saturar los tejidos.