Halloween se ha convertido en una de las fiestas más populares e internacionales del mundo. La celebración importada desde Estados Unidos se puso de moda en Latinoamérica.
Se la conoce como la Noche de las Brujas y se refiere también a la víspera de Todos los Santos y cuya historia se remonta a más de 3.000 años de antigüedad.
También implica una noche de terror, disfraces y ‘truco o trato’ (el popular juego de niños para conseguir caramelos en las casas de los vecindarios).
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El origen de su historia
La palabra no es más que la contracción de la expresión ‘All Hallows Eve’ (Noche de Todos los Santos) y es una fiesta cuyo origen está en el mundo celta, concretamente en la fiesta pagana de Samhain.
Los orígenes se remontan a Irlanda hace más de 3.000 años, ya que coincidiendo con el solsticio de otoño, los campesinos celebraban el fin de la temporada bajo la creencia de que durante esa noche del 31 de octubre los espíritus caminaban entre los vivos.
Las leyendas explican que los espíritus podían atravesar la línea que separaba el mundo de los vivos del de los muertos justo esa noche porque era cuando esta más se estrechaba.
Según las leyendas, la gente se protegía de los espíritus malignos y los intentaba alejar mediante hogueras, o máscaras y disfraces para evitar ser reconocidos.
También colocaban en sus casas huesos, calaveras o cualquier otro objeto relacionado con la muerte.
Pero no sólo los espíritus malos cruzaban la línea, también lo hacían los buenos.
Por eso, muchos comenzaron a organizar la noche del 31 de octubre, Halloween, banquetas en honor a estos espíritus buenos como forma de homenajearlos y comunicarse con ellos.