Cada cambio de estación hace que nuestro cuerpo tenga que amoldarse, y la piel no es la excepción. La lluvia, la humedad, el frío y el viento pueden afectarla, y si le sumamos las variaciones bruscas de temperatura, el resultado puede ser un combo adverso.
Sin dudas, uno de los efectos menos deseados es el tan frecuente enrojecimiento del cutis.
Mandamientos para cuidar tu piel…
- Evita el agua muy caliente. Deshidrata la piel y contribuye a la pérdida de lubricación. Es importante secarse muy bien después del baño.
- No uses fórmulas con ingredientes abrasivos. Para la limpieza opta por productos suaves.
- Hidrata la piel al al máximo. Sobre todo después de la ducha y antes de irte a la cama.
- Elegí fórmulas enriquecidas. Opta por productos suaves o con emolientes y humectantes, con componentes como las ceramidas o ácido hialurónico.
5. Cuidado al exfoliar. Si tu piel es seca o sensible, mejor evitala. Una vez a la semana será suficiente para eliminar células muertas y ayudar en la penetración de los productos hidratantes.
6. No dejes de usar protector solar.
7. Protege los labios. Además del frío, el peor enemigo de los labios en invierno es estar mojándolos todo el tiempo para sentirlos menos tirantes. Complementá con bálsamos o labiales que, además de aportar color, cuentan con componentes humectantes.
8. Prestale mucha atención a las manos. Evita los jabones y toallitas desinfectantes. La clave es elegir algún jabón de manos con componentes humectantes. Antes de dormir es recomendable que apliques una buena crema de manos y cubras con guantes de algodón sobre todo si ya sufriste resequedad– durante toda la noche. En pocos días vas a ver una mejora notable.
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9. Hace tratamientos en casa. Es la época ideal para tratamientos caseros. Las mascarillas son ideales.
10. Elegí las texturas adecuadas. Para evitar irritaciones siempre es mejor optar por productos con fragancias suaves (o sin ellas). Los ungüentos y bálsamos son ideales para las zonas más secas, como labios, codos y rodillas.