La luz azul está presente en el sol y en cada pantalla que usamos. Aunque tiene beneficios, su uso excesivo puede afectar la vista, el sueño y la salud en general.
Vivimos rodeados de luz azul. Proviene del sol, de las lámparas LED, de nuestros celulares, computadoras y televisores. Aunque muchas veces pasa desapercibida, esta luz representa cerca de un tercio de lo que vemos a diario y, por su alta energía, puede compararse con los rayos UV.
En tiempos donde las pantallas son parte fundamental de la rutina, entender los efectos de la luz azul sobre nuestra salud es clave. Aunque puede tener beneficios, como mejorar la atención, regular el sueño y ayudar contra la depresión estacional, su exposición excesiva también conlleva riesgos importantes.

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Según estudios, los latinoamericanos pasan cerca del 55 % de su tiempo despiertos frente a pantallas, lo que ha generado un aumento de síntomas como fatiga visual, sequedad ocular, dolores de cabeza y visión borrosa. Además, al llegar directamente a la retina, la luz azul puede dañarla con el tiempo, provocando incluso problemas graves como cataratas o alteraciones del ritmo circadiano.
Uno de los principales efectos negativos es la alteración del sueño. Investigadores de Harvard comprobaron que 6.5 horas de exposición a luz azul antes de dormir suprimen la melatonina —la hormona del sueño— el doble que la luz verde, afectando el descanso nocturno por varias horas.
¿Cómo reducir los efectos negativos de la luz azul?
Existen varias formas prácticas para protegerse. Una de las más recomendadas es aplicar la regla 20-20-20: cada 20 minutos, mirar durante 20 segundos a una distancia de 20 pies (6 metros). También se puede usar gafas con filtro de luz azul, que reducen el impacto visual entre un 10 y un 23 %.
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Dispositivos como los de Acer incluyen la aplicación Bluelight Shield, que permite ajustar los niveles de emisión de luz azul hasta un 54 %. Además, Windows 11 ofrece la función Luz nocturna, que puede activarse desde el menú de Configuración y programarse para reducir automáticamente la luz azul en las noches.
Aunque la luz azul tiene un rol importante en nuestra vida diaria, es vital mantener una exposición equilibrada. Cuidar nuestros ojos y nuestro descanso puede empezar con pequeños cambios en el uso de nuestras pantallas.