La eterna disputa entre monitores curvos y planos divide al mundo gamer. Inmersión o precisión, ¿cuál es la pantalla perfecta para tu estilo de juego?
En el mundo del gaming, cada detalle cuenta. La fluidez de los movimientos, la precisión de los gráficos y la capacidad de respuesta son factores que pueden marcar la diferencia. En ese escenario, la elección del monitor se ha convertido en un punto decisivo, pues no solo determina cómo se ve un videojuego, sino también cómo se siente la experiencia.
Con un mercado que ofrece cada vez más opciones, la discusión entre monitores curvos y planos continúa ganando fuerza, y la respuesta depende del estilo de juego y las preferencias personales de cada gamer. Los monitores curvos ofrecen una sensación de inmersión total, envolviendo al jugador en la acción.
Su diseño imita el campo visual del ojo humano y genera una experiencia más profunda y natural. Por ello, son recomendados para quienes buscan sumergirse en mundos abiertos, simuladores y juegos de rol.
Entre sus principales ventajas destacan la reducción de la fatiga visual, un campo de visión optimizado y la posibilidad de aprovechar pantallas ultrawide. Un ejemplo es el modelo Odyssey OLED G9 (G95SD), un monitor curvo de 49 pulgadas con resolución Dual QHD, procesador NQ8 AI Gen3, panel QD OLED, frecuencia de 240 Hz y tiempo de respuesta de apenas 0.03 ms.
Más monitores
Dicha características lo convierten en un aliado para quienes buscan imágenes nítidas, negros profundos y un rendimiento impecable. Por otro lado, los monitores planos mantienen su vigencia y son considerados la opción más versátil para un amplio perfil de usuarios.
Su diseño compacto y funcional resulta ideal para configuraciones múltiples, escritorios reducidos y tareas que combinan trabajo y entretenimiento. Además, ofrecen menor distorsión geométrica, lo que resulta clave en juegos de disparos o estrategia donde cada píxel cuenta.
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El modelo Odyssey 3D (G90XF) de 27 pulgadas es un claro ejemplo de innovación dentro de este segmento. Su tecnología permite experimentar imágenes en 3D sin necesidad de gafas, gracias a un sistema de seguimiento ocular y una lente lenticular patentada. Con frecuencia de actualización de 165 Hz, tiempo de respuesta de 1 ms y compatibilidad con AMD FreeSync Premium y NVIDIA G-SYNC, garantiza un rendimiento sobresaliente en títulos competitivos.