Un nuevo estudio nos aclara los beneficios de una adecuada hidratación para tu peso y salud
Para la salud humana el agua es un producto sumamente necesario. Este es indispensable para el origen y el sustento de la vida, además de ser considerada como una de las principales bebidas para la hidratación del organismo.
Desde la Universidad Veracruzana (México), señalan que un gran porcentaje de nuestro cuerpo es agua y que diariamente se pierden entre 2 y 3 litros de líquido a través de la respiración, el sudor, la orina, las heces, la respiración, la transpiración de la piel.
Por lo tanto, explican sus expertos, una ingesta adecuada de agua sería equivalente a recuperar lo perdido.
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El agua favorece funciones vitales del organismo, regula el funcionamiento de todas las células, favorece el transporte de nutrientes y las sustancias orgánicas en el sistema circulatorio, elimina toxinas y previene el estreñimiento.
Además, este líquido mantiene el buen funcionamiento de los riñones, regula la temperatura corporal, ayuda a que el corazón funcione de manera saludable, colabora con la función cerebral y la capacidad de concentración, ayuda a la amortiguación de las articulaciones y al buen funcionamiento de los músculos, y preserva el buen estado de la piel.
Su importancia radica en que, cuando no hay una adecuada hidratación, se pueden presentar síntomas como mareos, dolor de cabeza, debilidad y fatiga, boca seca y falta de apetito.
El agua es considerada como la bebida ideal para una correcta hidratación, además de no sumar contenido calórico a nuestro cuerpo.
¿Cuánta agua necesitas realmente?
No hay una fórmula mágica porque la cantidad varía según la intensidad del ejercicio, la temperatura y hasta cuánto sudas.
Una forma sencilla de calcularlo es pesarte antes y después de entrenar (sin ropa y sin comer ni beber en el proceso). La diferencia en kilos, multiplicada por mil, te da la cantidad de líquido que perdiste en mililitros. Así puedes ajustar tu consumo de agua para reponer lo que tu cuerpo necesita.
Según Martha Gutiérrez, médico rehabilitador del hospital IMED de Valencia, es clave hidratarse en todo momento.
Antes, unos 500 ml de agua dos horas antes del ejercicio. Durante, entre 100 y 150 ml cada 15-20 minutos. Después, al menos 500 ml para recuperar lo perdido.
Para entrenamientos cortos o de baja intensidad, el agua es suficiente. Pero si tu sesión es intensa o dura más de una hora y sudas mucho, las bebidas isotónicas pueden ayudarte a reponer sales y glucosa, evitando la fatiga.
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